La Federación Canaria de Municipios anuncia la publicación del Decreto 84/2025, de 23 de junio, que aprueba el nuevo Repertorio de los Oficios Artesanos de Canarias. Con esta medida, el Archipiélago da un paso firme hacia la protección, modernización y revitalización de su patrimonio artesanal, reflejo vivo de la historia, la identidad y la creatividad de su gente.
El nuevo Repertorio recoge 80 oficios artesanos, cuidadosamente clasificados por materiales y técnicas —madera, metal, textil, vidrio, entre otros—. Pero más allá de los números, este listado es una radiografía del alma creadora de Canarias. En él se identifican 38 oficios tradicionales en riesgo de desaparición, como la alfarería canaria, la cestería de caña, la carpintería de ribera o la cuchillería canaria; oficios que guardan siglos de saber y que hoy reciben un impulso renovado para asegurar su continuidad.
La ‘pava’ de Bad Bunny
En un curioso paralelismo, el pasado lunes La Provincia publicaba el artículo La emigración canaria al Caribe y la ‘pava’ de Bad Bunny, firmado por el cronista oficial de Santa Brígida, Pedro Socorro, y el historiador Pedro Quintana Andrés. El texto describe cómo la emigración canaria llevó consigo no solo sueños y esperanzas, sino también costumbres, oficios y técnicas artesanales que echaron raíces al otro lado del Atlántico.
Entre esos legados, destacan Socorro y Quintana, se encontraba la confección de sombreros de hojas de palma (pavas o sombreros jíbaros). Lo que alguna vez fue una prenda humilde de los trabajadores rurales del Caribe es hoy un símbolo de identidad cultural, incluso adoptado por figuras como Bad Bunny para reivindicar el orgullo puertorriqueño y su herencia mestiza, describen.
El artículo también menciona a la alfarería talayera como uno de los oficios que se consolidaron en el Caribe, especialmente en Santo Domingo, formando parte de un circuito de intercambios económicos y artesanales que fortaleció los lazos culturales entre ambas orillas
Custodios de la tradición
La nueva norma no solo ordena la actividad artesanal, regula además las pruebas para la obtención de la condición de artesano y las normas para la organización de ferias regionales, asegurando procesos más claros, modernos y adaptados a la realidad actual.
El decreto marca nuevas reglas para participar en las ferias de artesanía de Canarias. Los artesanos deberán contar con su carné profesional, estar inscritos en el Registro de Artesanía de Canarias y cumplir con los estándares de calidad establecidos.
En un gesto de respeto hacia quienes han sostenido este legado, los carnés y acreditaciones de oficios modificados o suprimidos seguirán siendo válidos hasta su renovación o caducidad.
Este decreto sustituye al anterior Decreto 320/2011, actualizando un marco que ahora se abre a la realidad productiva contemporánea y a los desafíos de la digitalización, la sostenibilidad y la innovación. Además, se establece que el Repertorio será revisado cada dos años, garantizando su adaptación a los cambios tecnológicos y a las nuevas tendencias del sector.
La colaboración entre el Gobierno de Canarias, los Cabildos y los Ayuntamientos será esencial para que este impulso se traduzca en más oportunidades, más visibilidad y mayor reconocimiento para quienes mantienen viva la tradición artesanal.
Decreto completo: BOC nº 129, de 25 de junio de 2025
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