Transformar lo orgánico en esperanza

La imagen captada esta semana muestra un termómetro hundido entre la mezcla de materia orgánica en proceso de transformación. La aguja marca unos 55 °C, justo en la franja “activa” del compostaje. Esta temperatura no solo es un excelente indicador de la buena salud de la mezcla, sino también de que la biología del compost está funcionando a pleno rendimiento.

“Los microorganismos responsables de la descomposición están trabajando con fuerza, generando el calor que observamos”, explica la concejal de Medio Ambiente, María Sánchez-Fernaud del Ayuntamiento de Santa Brígida. “Este proceso natural es el corazón del compostaje, convierte restos vegetales y orgánicos en un abono rico y fértil, devolviendo nutrientes al suelo y cerrando el ciclo de la materia”.

Alcanzar y mantener esta temperatura indica que la humedad, la aireación y la proporción carbono-nitrógeno son las adecuadas. Además, “con este nivel de calor, no hay bicho que se acerque”, advierte la edil. Conviene recordarlo: “un compostaje bien hecho no atrae roedores ni cucarachas, ya que el proceso interno es demasiado cálido y dinámico para que puedan habitarlo”, subraya.

Santa Brígida se ha convertido en el primer municipio de Gran Canaria en inaugurar una compostadora comunitaria. Una docena de familias residentes participan activamente en la iniciativa, que se enmarca en la estrategia insular Gran Canaria Composta, convirtiéndose así en un ejemplo de economía circular al transformar los residuos orgánicos en un compost natural que mejora la fertilidad del suelo, le aporta nutrientes esenciales, protege a las plantas frente a plagas y reduce la dependencia de fertilizantes químicos.

Súmate

Recuerda que cada habitante genera, en promedio, 1,46 kg de residuos diarios, de los cuales un 42 % corresponde a materia orgánica. Si quieres convertirse en agente de cambio puedes sumarte enviando un correo a:  gestionderesiduos@santabrigida.es

Porque donde hay compost activo, hay futuro sostenible.