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Santa Brígida celebra con éxito la noche de Shakespeare y el canary wine

0001shakesLa noche del sábado se celebró en la Villa el homenaje al dramaturgo William Shakespeare, con un recorrido teatralizado y lecturas de textos del literato con sus elogios al vino y al baile canario. La convocatoria atrajo a numerosas personas que recorrieron las calles del casco y pudieron ver y escuchar las interpretaciones de varias piezas de las obras de Shakespeare realizadas por un grupo de actores y actrices de la Villa, a la vez que el público degustaba y conocía las características de los vinos de las bodegas locales. La obra de Shakespeare sitúa a William Shakespeare como el primer divulgador internacional de la ‘denominación de origen’ de los vinos del Archipiélago. Durante la ruta se realizaron varias representaciones en la antigua sede del Casino de Santa Brígida, actual local asociativo, sociocultural y deportivo, por el casco antiguo y se leyó un trabajo sobre la vinculación de Shakespeare con Canarias escrito por el investigador de la obra shakesperiana, Christian Santana.
El texto es el siguiente:

«Shakespeare y Canarias» por Dr. Christian Santana Hernández

«Estimado Alcalde, miembros de la Corporación, amigos y amigas, gracias y enhorabuena por tan acertada iniciativa.

Sepan todos que estamos, ciertamente, ante un autor fundamental para conocer a la condición humana. Porque es mucho más que Literatura de calidad. Y es que, de acuerdo con los planteamientos del estudioso Fernando Díaz-Plaja, nunca hasta entonces y solo pocas veces después de Shakespeare (salvo en los casos de Stendhal, Pérez Galdós, Tolstoi o Dostoyevski) se han abordado, con tanta claridad y belleza, las pasiones que marcan día a día la existencia del ser humano, tanto en el bien, como en el mal.

Ahora, amigas y amigos, hagan suyo este momento, y pasen juntos al mundo de Shakespeare. Un autor que nos enseña Shakespeare que somos, además de buenos por naturaleza, víctimas de las pasiones, y eso no lo podemos dominar. De manera que o seremos capaces de llevar a cabo actos dignos de encomio o llenos de maldad. Una auténtica cura de humildad y mensaje a quienes abusan de las etiquetas y las definiciones. De hecho, pensemos en la cuarta escena de King Lear cuando se dice que somos para los dioses como las moscas para los chiquillos.

Y aquí es donde quiero que pongamos la mayor atención. Porque todos somos iguales. Y, por supuesto, a menudo no nos resistimos a los placeremos mundanos. En este sentido, el vino no es ajeno a ello, y el bardo así nos lo enseña en su producción. Pero la cosa no queda ahí ya que Canarias, ese paraíso terrenal, no queda al margen. De modo que Shakespeare lo hizo denominándolo “sack”, “canary” o “malmsey canary”. Así, por ejemplo, en la obra “Enrique IV” (2ª parte, acto II, escena IV) Mistress Quickly le dice a Doll Tearsheet:

“But, i´faith you have drunk too much canaries and that´s a marvellous searching wine, and it perfumes the blood ere one can say: What´s this?” (“Por mi fe que habéis bebido demasiado vino canario. Es un vino maravillosamente penetrante y que perfuma la sangre antes de que se pueda decir: ¿qué es esto?”)

En este sentido, conviene aclarar que estas islas fueron conocidas como Islas del Azúcar en el siglo XVI. De hecho, la mayor parte del azúcar que se consumía en la Inglaterra de la época procedía, bien de Canarias, bien de Madeira. Razón por la que podemos asegurar que la palabra «sack» (vino malvasía) hace referencia al vino canario. Es más, Shakespeare utilizo «sack», más de cuarenta veces en su ínclita obra. Valgan los ejemplos de:

1) Enrique IV (Henry IV), segunda parte.

2) La segunda referencia al vino de Canarias aparece en Noche de Epifanía (Twelfth Night).

3) Canary como vino canario en Las alegres casadas de Windsor (The Merry Wives of Windsor)

Curioso. Bueno, o no tanto. Y ello porque el bardo emplea también en sus piezas la voz Canary hasta en ocho ocasiones, tanto para referirse al vino malvasía como para aludir al baile canario, muy famoso en la Europa en la época. Y se refiere al baile a los siguientes casos:

1) En A buen fin no hay mal principio (All´s Well that Ends Well)

2) En Trabajos de amor perdido (Love´s Labour´s Lost)

3) En Las alegres casadas de Windsor (The Merry Wives of Windsor)

Por cierto, en este último caso, no podemos olvidar una carta de amor que Falstaff le envía a la señora Ford ya que se dice que es como un bombazo, como «una danza canaria».

Shakespeare, como se puede ver, sabe de lo que habla. Y es que estamos ante una de las características esenciales y definitorias de los textos del autor que nos ocupa: el detallado estudio y conocimiento de la condición humana, y del mundo en el que vivimos. De ahí que muchos señalen a Shakespeare como un psicólogo que ahonda en sus numerosas aristas. En este sentido, indicar que su detallado conocimiento de la condición humana ya se ve en autores como Samuel Johnson, que no dudó en afirmar que un personaje suele ser un individuo pero, en el caso que nos ocupa, un personaje es, por lo común, una especie. Lo que me lleva a afirmar que estamos ante un autor que nos ha enseñado a entender la naturaleza humana y que seguimos volviendo a él porque lo necesitamos. Es decir, necesitamos mirarnos en el espejo que son sus textos y la cuestión está en cómo lo haremos. De hecho, Shakespeare nos dice que no nos pasemos de listos, que no lo hagamos para decir que somos maravillosos y ver carencias en los demás, sino que lo hagamos para mejorar y darnos cuenta de los defectos que tenemos y aceptarnos. Porque cuanto antes seamos conscientes de los defectos y virtudes que tenemos, antes seremos mejores personas. Antes asumiremos que no somos ni tan importantes ni tan distintos a los demás. Especialmente, porque vivimos en un mundo en el que la apariencia no tiene que ser verdad ya que, como dice Basanio (en el Mercader de Venecia) “al mundo lo engaña el oropel”. Una perspectiva que le da un particular valor moralizador; una cualidad que Goethe valoró especialmente; aunque, por supuesto, no solo se ve en el bardo sino, por ejemplo, en Cervantes, ya que ni siquiera en las situaciones más jocosas, desaparece en Cervantes su intensión de concienciar el desdén por el poder y la tolerancia asentada en la justicia. En cualquier caso, con Shakespeare, estamos, sin duda, ante un autor que nos ayuda a conocernos, nos enseña que no somos perfectos, y ayuda decididamente a la mejora interior de cada persona. Porque este mundo necesita de humildad, de no sentirnos tan dioses e importantes, y valorar lo mucho que todos nos pueden aportar, y lo mucho que se consigue siendo generosos y haciendo las cosas en equipo. De ahí que, en numerosas piezas de Shakespeare, se destaque tanto el valor de la camaradería y el compañerismo. Y, sobre todo, la pasión. Esa que nos lleva a soñar, esa que nos conduce a nuestros mayores placeres. El vino, por supuesto es uno de ellos. Canarias, sin duda, parte de su cosmos. Un universo que no ha cambiado, porque al igual que él, sus habitantes tampoco cambian.

¡Salud!»

Sobre el autor. Christian Santana Hernández es doctor en Filología por la Universidad de La Laguna (Tenerife). Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y diplomado en Historia de la Literatura por la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Oberta de Catalunya, además de estudiante de universidades como Oxford University, King´s College de Londres, Birbeck College (University of London) o Salamanca.

Miembro de la ESRA (European Shakespeare Research Association), con numerosas investigaciones sobre la literatura inglesa del Renacimiento y la producción de Shakespeare, su primera experiencia editorial tiene lugar en 2010 con la 1ª edición de la obra «Shakespeare: un mundo de amor y locura”, una publicación que se emplea en diversas universidades españolas y que es referente en numerosas investigaciones especializadas.
A ello hay que unir su tesis doctoral sobre la literatura inglesa del XVI, y la participación como conferenciante en distintos congresos y seminarios literarios, además de sus sucesivas publicaciones.

Ahora, coincidiendo con el 4º centenario de William Shakespeare, se reedita la 2ª edición de “Shakespeare: un mundo de amor y locura”, una aportación que acerca al lector y a la sociedad a uno de los grandes genios de la literatura universal.

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