El Ayuntamiento culmina el cambio de luminarias en el casco por tecnología LED para ahorrar la mitad en consumo eléctrico

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El Ayuntamiento culmina el cambio de luminarias en el casco por tecnología LED para ahorrar la mitad en consumo eléctrico

Diferencia entre luces LED y de sodio
Martín Sosa, concejal de Alumbrado

Martín Sosa, concejal de Alumbrado

La Villa de Santa Brígida tiene otro aspecto en horas nocturnas. La luminosa esfera que delataba la presencia del casco ha dado paso a un lugar que pasaría desapercibido de no ser por la señalética y la sugerente iluminación que ha cambiado el aspecto del entramado urbano, gracias a la implantación de luminarias de tecnología LED que no sólo reducen la contaminación por el bajo consumo energético, sino que también duran cinco veces más que las lámparas que se usaban anteriormente y, sobre todo, ya no iluminan todo a su alrededor sino directamente la calzada. El proceso de cambio está en marcha y el Ayuntamiento aspira a completar el cambio de todos los puntos de luz para ahorrar más de un tercio de su factura eléctrica que actualmente está en torno a 600.000 euros anuales.

La empresa adjudicataria culmina en estas fechas la colocación de los 277 puntos de luz con lámparas LED en la zona del casco del municipio, un proyecto financiado a través del programa impulsado desde la Mancomunidad de Municipios de Medianías de Gran Canaria, con fondos del Plan de Cooperación del Cabildo. El proyecto de alumbrado público ornamental contemplaba un presupuesto de 70.000 euros, pero la caída del precio de estas luminarias ha permitido que el cambio de bombillos tenga un coste de unos 38.000 euros, impuestos incluidos.

La Concejalía de Alumbrado del municipio satauteño, que dirige el edil Martín Sosa, mantiene unos 4.000 puntos de luz que en su mayoría cuentan con lámparas de vapor de sodio a alta presión. Un sistema que en su momento fue un gran avance frente a las lámparas de vapor de mercurio al conseguir un ahorro de entre un 40 y un 50% respecto a las lámparas de mercurio que existían hace unos veinte años. Hace una década se produjo el cambio hasta que hace dos años, en 2015, se consiguió la financiación del programa de eficiencia y ahorro energético que se tramitó a través del Plan de Cooperación con los Ayuntamientos del Cabildo Insular de Gran Canaria, gracias al proyecto de renovación de luminarias del alumbrado público en La Atalaya y El Monte. En dicho proyecto se atendió la zona próxima a la calle Fernando Guanarteme del Monte, donde las luminarias estaban en muy mal estado y producían numerosos cortes en el servicio. Este concurso partió con la premisa de implantar lámparas de vapor de sodio de alta presión, pero algunos concursantes ofrecieron la mejora de instalar lámparas de tecnología LED. Al no estar contemplado en el pliego del concurso esta posibilidad, se optó por paralizar el procedimiento y cambiar las bases para poder introducir la opción de lámparas LED, ya que el precio de estas había caído de forma notable y eran accesibles y muy rentables para los intereses del municipio.

El cambio de vapor de mercurio a vapor de sodio produjo un importante ahorro, si bien el cambio a tecnología LED el ahorro energético es mucho mayor, entre un 40 y un 60%. De esta manera, tenemos que una lámpara de vapor de mercurio podía consumir 200 vatios (w), una de vapor de sodio 100w y una LED tan sólo 40w, además que el mantenimiento es mucho más bajo, al tener las lámparas LED una ‘vida útil’ de unas 50.000 ó 60.000 horas, mientras que las luminarias de vapor de sodio apenas alcanzaban las 10.000 horas.

El cambio también es perceptible por los vecinos, ya que las lámparas anteriores emitían la luz de forma omnidireccional, provocando una contaminación lumínica importante, mientras que las lámparas LED son direccionales y sólo alumbran la calzada, lo que ha llamado la atención de los vecinos y los vehículos que circulan por la zona, ya que observar el casco urbano ya no produce un efecto de deslumbramiento lo que llama la atención por quedar casi a oscuras el conjunto, mientras que los transeúntes y vehículos circulan por unas vías perfectamente iluminadas. Esto facilita el cumplimiento de la Ley del Cielo de Canarias, además de reducir el impacto visual y lumínico que producía el municipio, el cual se sitúa por encima de la media según la encuesta de infraestructuras de la Comunidad Autónoma de Canarias en lo relativo al alumbrado público.

De completarse la renovación de las luminarias por lámparas LED, el Ayuntamiento podría reducir en torno a un tercio la factura eléctrica que paga al año por sus instalaciones y servicios, y que asciende a unos 600.000 euros, de los cuales los consumos más importantes se encuentran en el alumbrado público y el Complejo Municipal de Deportes.

La iluminación LED posee una serie de ventajas que la convierte en la fuente de luz ideal para un espectro cada vez mayor de aplicaciones, gracias a su fiabilidad técnica, bajo mantenimiento y facilidad de encendido. El sistema tiene robustez mecánica. Las luminarias en estado sólido carecen de filamentos, cebadores o balastos.

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